jueves, 7 de enero de 2010

El papel debajo del asiento


Inesperadamente noto lo poco que aprovecho el dìa,
y es que he sido quizás un poco egoista con la luz,
o con la noche demasiado generoso.


Al final, solo recuerdo un poco más y olvido casi todo.
Al final me quedan las ganas de que las ganas vuelvan y el tiempo pase más rápido.


Un poco más de lo mismo y todos muertos de aburrimiento,
que cante el que de verdad llega a los tonos.



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Un breve texto

Creé este espacio por razones banales y egoístas, privadas en tanto desconocidas y también ocultas.

Iré publicando en La Letra e Interminables lo que en palabras salga de mis entrañas, también algunos textos viejos y en definitiva lo que me plazca, dejando en el lector la responsabilidad -si la acepta- de tomar o no cada texto para defenestrarlo, hacerlo memorable o simplemente omitirlo.

La banalidad de la publicación espero no me haga lidiar con el reconocimiento, más bien busca la redención en una ética del comentario que posibilite luego -o ya desde antes- un encuentro de dos, que sin mostrarse ningún respeto pueden lanzarse palabras sin el menor miedo a herirse el rostro, el propio por supuesto.

Se trata en definitiva de hacer -y deshacer- con lo poco que tengo al alcance de mi mano.

Salud

Carlos G. Picco